Estamos a una semana de la Navidad y, sinceramente, lo que me apetece es de hablar de algo relacionado con esto (aparte de empezar a ponerme los jerseys navideños jeje). Por eso hoy no solo te voy a actualizar sobre como llevo la estrategia que te comenté, sino que te diré cómo voy a aprovechar estas fiestas.
Primero lo primero, con las cartas tengo solamente 2 preparadas para enviar. ¿Por qué solo 2? Porque no quiero enviar cualquier cosa e ir a cantidad sino que cada una, conecte con quien lo recibe. Es por ello que para cada una dedico un tiempo largo en decidir cuál es el ángulo con el que le voy a escribir y sobre qué le voy a escribir. Al final es una carta de ventas y no vale con algo genérico.
Para esta estrategia seguramente, este haciendo el contrario de lo que todos dicen: voy a enviar por correo postal en vez de online, voy a enviar una carta “larga” en vez de algo escueto y al grano, voy a hablar de mi libro en vez del cliente. Quédate con esto último porque es clave, voy a enviarles una historia que me ha pasado en mi vida y lo relaciono con sus empresas y cómo lo aplicaría si trabajásemos juntos. Es una idea algo loca que se me ocurrió hace una semana pero creo que, por hacer justamente lo contrario a lo que hace todo el mundo, puede funcionar.
Sobre el tema de enviar una letra impresa pero con mi propia caligrafía lo he desechado al final. Como verás en la foto de abajo, lo he probado a hacerlo pero aparte de que no se lee nada bien, hay caracteres que no están hechos y queda fatal el resultado. Así que he decidido imprimirla pero con una tipografía normal (quizás algo como Times New Roman porque quede diferente) y aparcado. Aparte, estaba preguntándome, que añadir para que consiga el efecto WoW, y el otro día caminando por Sevilla lo encontré: Una postal de un dibujo de Sevilla. Ya está todo preparado y espero que, esta semana las envíe finalmente.
Ah y por cierto, voy a dejar las cartas escritas al final de la newsletter para el que quiera leerla. Las pongo ahí para que las lea quien quiera, ahora voy a hablarte de cómo voy a aprovechar estas fechas.
Voy a aprovecharla de 3 maneras distintas, te cuento:
Con clientes: A cada uno de ellos voy a enviarles una botella de vino en agradecimiento por haber confiado en mi este año para trabajar. He estado pensando sobre qué enviarles, tenía en mente una postal de The Sevillaner (hechale un ojo y flipa), una caja de bombones, una planta (por la simbología de crecer juntos y tal) y por lo que me he decantado al final, la botella de vino. Creo que, para estas fechas, es el regalo perfecto y el que más van a agradecer; aparte de eso la botella que les voy a enviar tiene su motivo. Les voy a enviar el Vino Galitos que descubrí cuando estuve en Portugal y tiene un dibujo de un Gallo 🐓 en la etiqueta (todo tiene su motivo jeje). Creo que, hay que cuidar a tus clientes y por eso el año que viene espero incorporar un regalo de bienvenida a todos con los que empiece a trabajar (pero eso te lo cuento otro día).
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Con posibles clientes: aprovechando las fechas, voy a escribirles para felicitarles la Navidad y voy a ofrecerles un regalo (aún no sé el qué, pero seguramente sea un lead magnet que tenga o algo similar). La idea es aprovechar para volver a contactar con ellos y ver en qué punto están; y aparte al darles un regalo, estarán más abiertos a ver de trabajar juntos. Cuando estaba trabajando en una de las startups, hice esta técnica aprovechando un recurso que teníamos para convencer a los clientes y funcionó muy bien, te dejo foto para que lo veas.
Con personas de mi red: con ellos simplemente voy a enviarles una felicitación de la Navidad pero, de esta manera, se acordarán de mi. Por esto, cuando tengan que pensar en alguien para el servicio que yo ofrezco, en quién pensarán es en mi.
Hasta aquí lo que tengo preparado, ¿Qué te parece esta estrategia? ¿Vas a hacer algo similar?
Bueno y antes de irme, como siempre vengo a recomendarte un freelance y su newsletter. Seguramente de quién te vengo a hablar ya lo conozcas y, además, estés suscrito a su newsletter; pero igualmente me apetecía recomendarlo porque es un verdadero crack. Sí, te vengo a hablar de Jorge Bosch Ales de Cosas de Freelance, una verdadera máquina. Lo conocí hace ya más de un año cuando me suscribí a su newsletter de casualidad por recomendación y vaya descubrimiento. No solo lo leo cada semana por todo el valor que aporta gratis (que ya le he dicho que debería de ser de pago), sino que de vez en cuando acudo a su Substack a leer post antiguos para aplicarlo en mi negocio. De verdad, si eres freelance o estás pensando en serlo, suscríbete porque es oro lo que pone. No solo eso, sino que además hace poco lanzó su primer curso RindeMax sobre manejo del tiempo y es una locura (lo estoy aplicando a mi día a día ya jeje). Aparte de todo esto, Jorge se dedica a trabajar con empresas en experiencia de cliente, transformación digital y producto digital; así que si tu o tu empresa necesita a alguien para esto, Jorge es vuestra persona.
Colorín colorado, esta newsletter se ha acabado, hasta la semana que viene y…
Feliz Navidad!!🎄🎄
Un abrazo,
Rafa
La primera carta:
Para xxx
Sí, seguramente estaréis pensando que es este correo pintado y doblado en el que no se cuida en nada la presentación. Es posible que al verlo, os esté dando “TOC” por cómo está enviado (a mi también me pasó un poco al enviarlo); pero no está hecho así porque sí, tiene un motivo claro.
He decidido enviaros esta carta así porque es todo lo contrario a lo que vosotros enviais y porque lo importante, en este caso, es lo que estáis leyendo ahora mismo. Era una gilipollez enviar algo que esté perfectamente preparado porque, aun así, no llegaría a vuestro nivel: la calidad xxx. Ese cuidado de todos los detalles desde los materiales hasta la experiencia abriendo y desvelando todo lo que entregais… esa perfección es la que hace que, a alguien a quién le importa la productividad y la eficiencia se ponga cachondo.
Pero bueno, eso ya está claro, yo quiero hablaros sobre Aron.
Aron era el jefe de ventas de la primera startup en las que estuve trabajando como vendedor, sí, antes de dedicarme a lo que me dedico ahora vendía. Cuando entré, recuerdo que el era una persona metódica, de los que hacen el mismo camino de ida y de vuelta porque es el más efectivo. Cuando nos estaba formando siempre nos explicó la importancia de la organización, de tener todas las tareas al día y que nada se nos quedara atras. Hizo hincapié en ello pero, los que estábamos allí lo que queríamos era vender y ganar pasta, eso es lo que queríamos aprender. Queríamos el resultado de hoy, no el de la semana que viene.
Cuando empezamos a vender, cada uno tenía su método: había los que lo tenían todo apuntado de lo que hablaban y hacían, había los que solo cogían lo imprescindibles y luego estaba yo, que me creía tan listo que lo almacenaba todo en la cabeza. Era un desastre, no os lo voy a negar, ni tomaba notas de lo que hablaba ni seguía las tareas del CRM; iba más bien por intuición y por lo que tenía en la cabeza. Si me acordaba de que había una empresa que podía cerrar, iba a por ella, si no se podía quedar en el cajón metida.
Volvamos a Aron, le perdimos la pista durante unos meses porque fue padre pero cuando volvió a trabajar fue como la mili (bueno, pienso yo, tampoco la he vivido) y nos puso firmes. Recuerdo y no se me olvidará la charla que nos dio cuando vio la poca organización que estábamos teniendo, a mi me molestó porque estaba teniendo buenos resultados (o eso creía).
¿Sabéis eso que os enfadáis con los que os dice alguien y queréis callarle la boca?
Eso fue lo que hice.
De lo cabreado que estaba dije: “le voy a enseñar que lo de la organización es una tontería” y me puse serio con el tema. Organicé y limpie todas las tareas pasadas y comencé a apuntar todo lo que hablaba con las empresas que llamaba, apuntaba hasta lo que me decían que habían desayunado. Me obsesioné con ello y cambié, vaya si cambié.
Pensaba que tenía buenos resultados, nada al lado de esto. Con una buena organización y un segundo cerebro, mi mente se centraba en vender, no en controlar a quién vender y el qué. Mejoré los resultados de una manera brutal y desde entonces, no me olvido de Aron.
Cuando descubrí la organización no solo me quedé en el trabajo, lo llevé a mi vida personal y empecé a crear mi segundo cerebro y a planificar mi vida para lograr todo lo que quería. Por eso, cuando os descubrí gracias al canal de xxx, conecté con vosotros de una manera brutal. os estuve escuchando y flipé con el detalle que poneis en cada cosa y el porqué lo hacéis, normal que os vaya como os va.
Como os he dicho antes, siempre me he fiado de mi intuición a la hora de vender y este no es un caso diferente. Cuando os escuché en la reunión de empresa hablando sobre el trabajar email marketing sentí que tenía que contactaros. Habiendo pasado por no organizarme y siendo como soy a día de hoy, sé cuál es el dolor de aquella persona que necesita planificación y una agenda y sé como comunicarme para que acabe comprando.
Como habrás visto en la postal que os he enviado junto a esta carta, soy de Sevilla pero eso no quita que podamos hacer una videollamada para conocernos.
Para ello, os dejo mi número de teléfono (+34 686 021 378) y mi correo (hola@rafaamora.com)
Un abrazo,
Rafa Mora
La segunda carta:
Hola xxx,
Sí, podría haberte enviado un email para contarte lo que te voy a contar, pero no tendría el mismo efecto. No lo tendría porque, hay cosas que para sentirlas tenemos que tocarlas y a mi me pasa eso exactamente con las cartas.
Por ponerte en contexto xxx, hace unos años hice un viaje solo por La Toscana italiana. Empecé en Florencia y bajé hasta un pueblecito perdido de menos de 200 habitantes que fue mi base desde donde ir descubriendo lugares. Esa historia fue super bonita el andar por los viñedos y perderte por los caminos, pero yo quiero hablarte de otra historia, de cuando mi viaje se acababa.
En el último día, volví a Florencia para coger el vuelo de vuelta a casa; pero como salía por la tarde, aproveché la mañana para visitar bien la ciudad. Tras ver lo que me había faltado, quise ir a una heladería famosa que estaba en la otra punta de la ciudad. Así que allí me puse a andar en busca de mi helado. Mientras iba hacia allí empezó a llover, al principio era aguantable pero a los pocos minutos se volvió imposible. En pleno Mayo me estaba granizando en Florencia, en mi vida me habría esperado vivir algo así. Con como estaba el tiempo y sin paraguas, me refugié en una cafetería.
Como era la hora de comer, aproveché para quitarme el hambre pero sin llenarme, para poder tomarme el helado. Cuando llegué había sitio de sobra, pero entre que me decidí y pedí, se llenó y no tenía sitio para sentarme. Me quedé un poco como el meme de John Travolta en Pulp Fiction. Mientras estaba de pie con mi bandeja buscando donde poder sentarme, una señora mayor me llamó y me dijo que me sentase con ella; así que allí me senté.
Empezamos a hablar en inglés, me sorprendió mucho viniendo de una persona de 75 años que manejase tan bien el inglés, pero es que Viviana (como se llamaba) no había tenido una vida normal. Me estuvo contando que, por su trabajo, había estado viajando por el mundo: Moscú, Dubai, New York… no había dejado lugar sin conocer. Cuando más me contaba más flipaba con su historia. Entre todo lo que me dijo, al mencionarle que era de España, me dijo que tenía una hija en Madrid y que tenía que ir por trabajo en Septiembre, pero de esto no me enteré muy bien.
Al terminar de comer, Viviana me invitó a un trozo de tarta (como si fuese mi abuela) y seguimos hablando. Cuando ya me fui a marchar, le dije si no le importaba hacernos una foto para guardar el momento y nos hicimos un selfie. Tras esto y antes de marcharme, se levantó y pidió un boligrafo y un papel para apuntar algo; cuando lo tuvo escribió su información de contacto y me dijo que escribiese yo la mia, que quería invitarme a un evento en Madrid. Me quedé sorprendido pero dije: “de perdidos al río” así que lo que comenzó como un refugio para la lluvia, se convirtió en una invitación a un evento, sorpresas que te da la vida.
Guardé el papel, me despedí y me marché para el aeropuerto. Cuando llegué allí, ya por curiosidad me puse a leer el papel que me había dado para saber quién era Viviana. Cuando la busqué en internet y ví la empresa que tenía, flipe xxx, te aseguro que no daba crédito.
Fue desde luego una experiencia sorpresa y, una experiencia de la que no me olvidaré nunca. Si has llegado hasta aquí y te preguntas porque te cuento esta historia, es porque me dedico al email marketing y me gustaría poder ayudaros en este sentido a que más viajeros se atrevan a vivir experiencias como la que yo viví viajando por el mundo.
Si esto resuena contigo y quieres saber más, puedes enviarme un email o llamarme y cuadramos una reunión, te dejo debajo mi información de contacto.
Sino, si te has quedado con las ganas de saber la empresa de Viviana o quieres ver la foto que me hice con ella, también puedes contactarme y te lo envío.
Un abrazo,
Rafa Mora
Teléfono: 686 021 378
Email: rafaam98@gmail.com
PD: he borrado los nombres y el de la empresa para que no me copies jeje pero te puedes hacer una idea si lo lees
Menudo currazo! 👏
Pero bueno Rafa, qué mención tan guay. Mil gracias, amigo.
En 2025 te la devolveré unas cuantas veces porque yo también aprendo mogollón contigo con todas tus ideas originales de venta y de fidelización (como las que has contado hoy) que tan poca gente hace.
Felices Fiestas.